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Rodaje sin desgaste del turbocompresor
Cuando se arranca el motor, el turbocompresor alcanza rápidamente varios cientos de miles de revoluciones por minuto. Lo mismo ocurre después de su sustitución o reparación, cuando los sensibles cojinetes lisos del turbocompresor todavía están secos en el primer arranque. El turbocompresor no está suficientemente protegido a estas altísimas revoluciones. El desgaste, así como el riesgo de daños muy costosos y una reducción drástica de la vida útil, son enormes. Por lo tanto, su lubricación es imprescindible antes del montaje y de la primera o nueva puesta en marcha.